Monday, August 09, 2021

 

No a la Guerra: La paz avanza de la mano con el socialismo

 Febrero de 2003.


No pudieron ocultarlo. Hubiese sido como intentar tapar el sol con las manos. Millones de personas en todo el mundo le dijeron el sábado 15 NO a la guerra criminal, que impulsan los salvajes gobiernos de Bush y de Blair. 


Recién por la tarde las cadenas de televisión comenzaron, con desgano, a entregar de a pedacitos imágenes de la Verdad. Durante todo el día, las agencias informativas, la televisión argentina, habían estado difundiendo morbosamente más detalles del crimen de los García Belsunce -una familia adinerada-, explorado hasta el hartazgo durante el último mes, o la muerte de Pepe Parada, un integrante del frívolo mundo de la farándula porteña. Mientras tanto, en las calles de centenares de ciudades se derramaban millones de personas, demostrando que hay un mundo mejor al que muestran los siniestros gobiernos y los medios manejados por otros siniestros delincuentes encubiertos. Pero eso no era noticia para las poderosas cadenas argentinas, o los continuadores internacionales de Ted Turner. 

Recién avanzada la noche CNN decidió largar lo que durante todo el día había venido ocultando. Y comenzó a mostrar la marea humana que había anegado el mundo, desde muy temprano esa mañana. Una marea de amor, de paz y libertad. Con la semántica reptílica que impregna sus informes, CNN destilaba un tonillo irónico al señalar, como de pasada, que "en Cuba el acto de oposición a la guerra había sido organizado por el gobierno". Mostrando poco a la multitud, insidiosamente paseaba sus cámaras por sobre los funcionarios, militares, cuadros organizados. Sugería con ello que se había tratado de una acartonada celebración oficial. Sólo al pasar mencionaba que habían "concurrido unas quinientas mil personas" (si la CNN dice eso, es probable que haya habido realmente un millón). 

Omitió decir, por cierto, la significación extraordinaria de ese acto, por ser Cuba el único país del mundo cuyo gobierno se mantiene en la vanguardia de la lucha por los objetivos más altos de la humanidad. 


Pasión, Muerte y Resurrección del Socialismo 


La primera vez que Lenin subió a un improvisado palco para dirigirse a la inmensa multitud que había tomado Rusia, aquello debe de haberle parecido un hermoso sueño. Hasta algunas horas atrás, era un pobre desterrado; su vida con su familia había transcurrido subsistiendo en miserables pensiones europeas, con el riesgo de ser asesinado en cualquier momento por la pervertida policía secreta del imperio. Un hombre para el cual desde el espantoso linchamiento de su querido hermano, presenciado siendo un niño, casi todo había sido sufrimiento, privaciones económicas, zozobra espiritual. Decidido a tomar la antorcha de ese hermano amado, en quien los asesinos habían castigado su militancia socialista, Lenin adoptó la lucha por esa utopía como la razón de su vida. Y fue premiado con el maravilloso triunfo que convirtió a su país en la primera nación socialista del mundo. 

¡Y qué nación! Basta observar el mapa de lo que fue la Unión Soviética (incluso de lo que ES aún Rusia) para imaginar la magnitud que tuvo este hecho histórico para toda la humanidad. 

Eso ocurrió a principios del siglo. 

Una brutal ofensiva del capitalismo salvaje se desató hacia finales de ese mismo siglo en Chile, con el asesinato masivo, con las peores perversidades para imponer el modelo neoliberal, llevado adelante luego a la sombra de Pinochet y su pandilla demoníaca sobre un país convertido en cementerio. La monstruosa estampida, planificada hasta en sus últimos detalles por el imperialismo capitalista, levantó como uno de sus sonsonetes más caros el supuesto "arcaísmo" de las ideas socialistas, "demostrada" según sus ideólogos por "el fracaso de la Unión Soviética".

Que esta es una rústica mentira queda en evidencia sólo con mirar las estadísticas del producto interno del inmenso territorio ruso durante el zarismo junto a las de ese mismo país en los años 50. O comparar la realidad miserable de los millones de andrajosos habitantes de principios de siglo, con la ordenada participación en los miles de obreros en las gigantescas estructuras productivas gestionadas colectivamente en las ciudades y el campo. Gracias al socialismo -aún imperfecto- la Unión Soviética había logrado convertirse en la segunda potencia mundial, muy adelante de Japón, Inglaterra, Canadá o Alemania. Sólo EEUU estaba delante de ella, en los años 50... debido a los incalificables crímenes cometidos sobre Japón con sus bombas infernales y a su manipulación infrahumana de la guerra, permitiendo que Europa cayera en la peor carnicería para convertir a sus países en rehenes de la banca sionista norteamericana.

Decir hoy que el socialismo "ha demostrado su fracaso" porque una burocracia corrupta lo haya malogrado en Rusia, es como sostener que el matrimonio se convirtió en una institución inviable porque algún esquizofrénico haya asesinado a su esposa y sus hijos. 


Nuestros niños vivirán un mundo mejor 


El mundo está saliendo de ese morboso embotamiento impuesto por los criminales genocidios, efectuados en todo el Tercer Mundo y parte de Europa por EE.UU. Demostración de ello son los Foros de Porto Alegre, la creciente resistencia organizada que brota aquí y allá, pese a la impostura terrorista del 11 de septiembre, los gobiernos independientes como el de Venezuela o Brasil, que dan pasos de mayor o menor intensidad pero siempre adelante en un sentido liberador... y la inmensa manifestación mundial del sábado 15 de febrero de 2003. 

Cuba es hoy el país más avanzado del mundo. Su sistema es un faro para la humanidad, como lo fue desde que a mediados del siglo XX tomaran el poder ese puñado de gloriosos idealistas conducidos por Fidel Castro y nuestro querido hermano Ernesto Ché Guevara. 

Las banalidades intentando probar que Cuba es un fracaso, señalando su humildad económica, son tan válidas como decir que Soros es para la humanidad un modelo mejor que San Francisco de Asís. 

La espantosa calamidad que agitan sobre el mundo los salvajes -quienes llevan como mascarón horrendo a George W. Bush- es el resultado de haberse convertido el capitalismo en un cáncer. Como tal debe ser extirpado en un periodo próximo, so pena de convertirse de otro modo en el destructor del planeta. 

Muerto a finales del siglo XIX, este sistema superado por sus propios mecanismos sociales, ha logrado mantenerse en vigencia sólo por el perverso ejercicio del crimen, la estafa, la mentira convertida en razón de estado. Inyectándole elementos artificiales, han convertido al cadáver putrefacto del capitalismo en una horrenda anomalía gobernante, igual que los tom-tom macutes del macumbero haitiano Duvalier.

El socialismo ha resucitado en el inconsciente colectivo de toda la humanidad, hoy. Con Cuba llevando su luminosa bandera a la vanguardia, es la única posibilidad sensata para que nuestra especie siga evolucionando, hacia realidades cada vez superiores y más felices... como lo ha venido haciendo, hasta ahora, desde sus orígenes. 


Julio Carreras


Autonomía, Argentina, 17 de febrero de 2003.


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